viernes, 19 de noviembre de 2010

"Isla Calero siempre ha sido costarricense" Comunicado de la Cátedra de Historia



                                                                        
Universidad Estatal a Distancia 
CÁTEDRA DE HISTORIA
COMUNICADO
"Isla Calero siempre ha sido costarricense"

Las incipientes repúblicas centroamericanas lograron la relativa  despedida del pasado colonial en 1821. Este trascendental hecho histórico también significó el inicio del sempiterno caos y del antagonismo político localista-nacionalista en la región.
En dicho entramado, el establecimiento de los límites entre los países del istmo surgió como ingente tarea por resolver. Los derechos sobre el río San Juan brotaron, a su vez, como la máxima disyuntiva para demarcar los límites definitivos entre Costa Rica y Nicaragua, pues había sido escenario, por antonomasia, de la guerra librada contra los filibusteros (1856-1857).
Por consiguiente, no fue hasta el 15 de abril de 1858 cuando, mediante la firma del Tratado Cañas-Jerez, ratificado en 1888, los límites entre ambos países se lograron definir tal y como se mira en la siguiente gráfica: el límite se inicia en Punta Castilla (1), continúa por la Margen derecha del río San Juan (2), hasta un punto situado a tres millas inglesas de Castillo Viejo (3). Luego con centro en Castillo Viejo se traza un arco de tres millas de radio (4), para continuar a una distancia de dos millas inglesas, hasta encontrar el río Sapoá (5); de aquí sigue una recta astronómica hasta el centro de la bahía Salinas en el océano Pacífico (6).

Como resumen de lo anterior, quedan claramente establecidos los límites definitivos entre ambos países; en particular, la soberanía indiscutible de Nicaragua sobre el río San Juan,  y la de Costa Rica sobre los territorios ubicados a partir de la ribera sur del afluente.
Así las cosas, la incursión e instalación del Ejército Popular Sandinista en terrenos ubicados en la margen sur o derecha de dicho río desde días recién pasados y que han sido tomados bajo pretexto de que son parte de Nicaragua, se interpreta como un hecho irrebatiblemente invasor y como un acto de  violación a la soberanía del histórico territorio costarricense.
En tanto, la toma militar de la isla Calero, acompañada de una serie de beligerantes actitudes irrespetuosas, prosaicas, manipuladoras, hostiles y peyorativas provenientes del gobierno nicaragüense en detrimento de la soberanía y el ser costarricenses se consideran censurables e inaceptables, porque desbordan lo inaudito y se degradan al más rufián hecho de un típico régimen militar.
De conformidad con la situación expuesta y con los principios que rigen nuestra Universidad desde su creación el 22 de febrero de 1977, las cuales destacan la formación de profesionales con amplios valores históricos en que se fundamenta el Estado Costarricense, los profesionales de la Cátedra de Historia firmantes manifestamos suma preocupación ante la delirante usurpación del suelo costarricense por parte del Ejército Popular Sandinista.
Igualmente, como académicos y conscientes de nuestra obligación moral de desempeñar un papel protagónico en el desarrollo de la sociedad actual, manifestamos disposición a colaborar y participar, de manera efectiva, en toda acción e iniciativa que conduzcan a reflexionar y solucionar este y otros problemas nacionales y regionales.
En consecuencia, los profesionales de la Cátedra de Historia instamos, a la comunidad universitaria y nacional, a apreciar y profundizar en los valores cívicos fundamentales de Costa Rica y a trabajar en los siguientes aspectos:
1.     Censurar públicamente, la alteración de ecosistemas y el daño ambiental que está ocurriendo en la zona de conflicto, como resultado de la deforestación, sedimentación y el “dragado” del río San Juan.
2.     Condenar enérgicamente, las amenazas de violencia y exigir el total retiro de las tropas del ejército nicaragüense del histórico y legítimo suelo costarricense, respetando nuestra tradición civilista, sin ejército y de convivencia pacífica.
3.     Retomar y reivindicar la lucidez de los ilustres próceres de la historia costarricense, en momentos en que sus ejemplos, su vasto saber e inagotable erudición legada, se vuelven referentes imprescindibles para propiciar la paz y el término de las hostilidades entre ambas naciones.
4.     Incentivar el espíritu del diálogo y la negociación pues, en caso contrario, no se podrá atender, civilizadamente, las diferencias surgidas y mucho menos la reinstalación del orden.
5.     Propiciar la reflexión y reacción constructivas y prudentes del problema, a sabiendas de que en Costa Rica viven miles de nicaragüenses, quienes   contribuyen al desarrollo económico y social del  país y quienes, en su mayoría, huyen de una realidad que les niega cualquier forma de desarrollo y superación personal.
6.     Acusar e informar, ante la comunidad internacional, de la invasión perpetrada por el gobierno sandinista a  territorio costarricense. En particular, para sopesar la masiva disponibilidad de información equívoca y que trata de confundir las verdades incuestionables ante la opinión internacional.
7.     Ayudar a mantener la unidad y el apoyo al Gobierno de Costa Rica en el tema en cuestión, contribuyendo al compromiso social de mantener, proteger y concientizar sobre los símbolos identitarios, el civismo, así como el patrimonio histórico y cultural.
8.     Deplorar cualquier movimiento que incentive la violencia y todo extremismo  exacerbado nacionalista y xenofóbico que pueda afectar a nicaragüenses u otros extranjeros que viven en el país.
9.     Exhortar a instituciones, organismos regionales y entidades del Sistema de la Integración Centroamericana, sin excepción, a que asuman el papel histórico que les corresponde.
 10. Incentivar a ambos países para que, una vez solucionado el diferendo, brinden la atención debida a los desafíos que ofrece la nueva era dentro de un marco de integración y normalidad sin precedentes. En esa dirección, estimular la buena administración de la democracia, consolidando y robusteciendo las instituciones, de manera que acabe con los  nefastos vicios políticos, económicos y el ensanchamiento de las brechas sociales de las frágiles democracias centroamericanas.
Con respeto y consideración

Abileny Soto Arguedas
Alonso Rodríguez Chaves
Ana María González Chaves
Arnaldo Rodríguez Espinoza
Damaris Leitón Quesada
Dora Castro Espitia
Emilia Vargas Solís 
Heriberto Quesada Vargas
Jenny Contreras Briceño 
José Alberto Calderón Navarro
Lilliana Castillo Bolívar 
Lucía Arce Ovares 
Manuel Navarro Brenes 
Marco Medaglia Gómez
María Auxiliadora Vega Bustos
Rocío Vallecillo Fallas  
Sindy Hidalgo Durán
Ronald Eduardo Díaz Bolaños  
Ronald Martínez Villareal
Víctor Ramírez Hidalgo 


Universidad Estatal a Distancia
Costa Rica

3 comentarios:

  1. Es de mucho agrado ser estudiante de la UNED Y formar parte de la CÁTEDRA DE HISTORIA como estudiante. Aunado a ello este comunicado es de gran valor para profundizar en los valores cívicos fundamentales de nuestro país.

    ResponderEliminar
  2. Sinceramente, he quedado atónita al ver la reacción de altos funcionarios nicaragüenses esa inaceptable falta de cultura, como se van a meter en un lugar que nooooo les pertenece y ademàs de eso hacerse los ofendidos, con todo respeto pienso que dejan mucho que desar esos actos, ellos estan acostumbrados a los pleitos y problemas, pero nosotros los costarricenses que tenemos una cultura de paz les vamos a cerrar la boca no con fuerzas armadas sino con nuestra actitud por la paz.

    ResponderEliminar
  3. Es verdad, cuando todo finalmente se resuelva, Costa Rica habrá dado un ejemplo más al mundo de que las cosas se resuelven por medios diplomáticos, no con la guerra ni con la fuerza, y que realmente somos un país de paz donde nuestra única arma es el diálogo...la única duda que me queda, es que va a pasar con el daño que YA ESTÁ hecho...se obligará a Nicaragua a restaurar todo?, y si es así, cómo lo van a hacer?

    ResponderEliminar

¡En Onda UNED queremos conocer tu opinión!